No nos engañemos, todos, o la inmensa mayoría de los lectores de este blog entrenan en época estival, ya que es un periodo vacacional dónde tenemos más tiempo para nosotros mismos y la climatología nos invita a «sudar la camiseta´´.
Ahora bien, entrenar en esta estación tiene una serie de consecuencias que tenemos que conocer:
- Calentamiento corporal: lo que se busca con el calentamiento en cada entrenamiento es el aumento de la temperatura corporal hasta llegar a los rangos óptimos para producir contracciones musculares eficientes. Entonces queda claro que los calentamiento serán más cortos, para evitar una fatiga excesiva.
- Sudoración: aumenta de forma exponencial, ya que es el medio termorregulador más eficaz que tiene el organismo, además están la conducción, convección y radiación, más importantes en ambientes acuáticos. Cuidar la hidratación pre entrenamiento con 700ml-1L de agua con sales minerales en pequeñas dosis la hora previa al entrenamiento, la hidratación intra-entreno (no solo agua para evitar la hiponatremia) y la reposición post entrenamiento es imprescindible en estos casos.
- Aumento del flujo sanguíneo: conlleva un mayor gasto cardiaco y una aceleración de la glucogenólisis (degradación de glucógeno para obtener glucosa rápidamente), es decir, que un mismo entrenamiento realizado en verano y en invierno tendrá un mayor desgaste en la estación estival y requerirá de un mayor aporte calórico pre y post entrenamiento.
- Aumento de la frecuencia cardiaca: en concordancia con lo anterior, se dan aumentos en torno a 8ppm en ejercicio intenso. Si le sumamos el efecto del Drift cardiovascular (aumento constante y progresivo de la frecuencia cardiaca en ejercicio prolongado a ritmo constante) y la deshidratación en ejercicios de más de una hora… No os asustéis al mirar el pulsómetro!
- Niveles de lactato sanguíneo: el calor ambiental acelera el ritmo de acumulación de lactato en sangre y reduce la carga en el cual aparece el umbral de lactato, pudiendo infravalorarse en un 30%. Esto quiere decir que si reproducimos 2 test idénticos, uno en primavera y otro en verano, el umbral de lactacto será mayor en primavera, debido al efecto «negativo´´ de la temperatura ambiental
- Percepción del esfuerzo: aumenta con el calor, de lo que tenemos que ser conscientes y sabedores, sobre todo cuando el entrenador nos recete un entrenamiento intenso. Sabes que va a costar más (subjetivamente) ir a los ritmos fuertes que si te encuentras en condiciones de temperaturas templadas o bajas.
Como conclusión afirmamos que no podemos buscar nuestro máximo rendimiento en ambientes cálidos ni en días de calor sofocante, puesto que casi todo lo que nos rodea está contra nosotros y no nos deja sacar lo mejor de nosotros.
Recordar: en verano disfruta de los entrenamientos, si son exigentes y no te salen ya tienes una buena excusa 😉
REFERENCIAS
- Mora Rodríguez, R. Aguado Jiménez, R. (2002). Influencia del calor ambiental en un test incremental de umbral de lactato. Archivos de medicina del deporte, volumen XIX, número 89, pags. 181-186.
- Acosta Joaquín José (2017). acostadeentrenar. Recuperado de: http://www.acostadeentrenar.com/adaptacion-al-ejercicio-con-calor/